Atardecer en la bahía

La isla de Mallorca es una de los destinos preferidos para muchos barcos en el verano y también en otras estaciones del año. El clima es benigno, las aguas claras y los paisajes, fotogénicos. 


En mi último paso por la isla, hice escala en la amplia bahía de Pollença. Después de fondear y arranchar el barco, fue el momento de tomar un descanso y relajarse contemplando los alrededores.


Atardecer

Bajo la luz del atardecer, un pequeño velero con aparejo tradicional hace unos bordos a vela entre los barcos fondeados para pasar la noche. Son unos instantes relajantes, el astro rey se pone y sólo el ruido de la proa del velero cortando el agua me acompañará al desaparecer el sol detrás de las montañas.



Consejos para la prevención del mareo en barco

El mareo distorsiona la realidad

A bastantes personas les gustaría navegar o disfrutar la experiencia de un bautizo de mar en un barco. La primera vez es una aventura insólita. No se parece en nada a salir a la mar con un barco de pasaje o similar, especialmente si hay viento para poder izar las velas. 

Un gran inconveniente para disfrutar y relajarse con las novedades que supone largas amarras y salir a dar unos bordos por el ancho mar es el mareo. El movimiento del barco para determinadas personas puede producir náuseas, y si empeoran los síntomas, problemas de equilibrio, vómitos y vértigo. 

El mareo se debe a la sobre-estimulación de unos órganos ubicados en el oído interno que se encargan de percibir los movimientos de la cabeza en las tres dimensiones y así coordinar el equilibrio del cuerpo.

Prevención del mareo 1
  • No embarcarse con una predisposición psicológica a marearse porqué "lo dicta la conciencia". Hay personas que "a priori" creen, piensan y afirman que se va a marear y no siempre es así. Depende de varios factores: tipo de movimiento, temperatura ambiental, llevar el estómago lleno o no, olores, etc .
  • No pensar lo siguiente: "la gente que se marea en coche, se marea en barco". Craso error porque hay personas que se marean en un vehículo (ejemplo: yo misma) y en cambio no se marean o casi nunca se marean navegando (mismo ejemplo)
  • No hacer una cena-comilona la noche antes de partir ni beber bebidas alcohólicas en exceso. Una digestión pesada y/o con cierta resaca puede ser el camino directo a un mareo monumental. Mejor dejar las celebraciones para la llegada o hacer la despedida dos días antes de partir para dar tiempo al cuerpo a reponerse.
  • Hacer un desayuno suave antes de largas amarras y con comida "blanda", por si acaso.
  • No entrar en la cabina del barco, permanecer fuera y mirar el horizonte.
  • Comer algo suave mientras se navega: una manzana, una galleta, etc, para no tener el estómago vacío.
  • Beber agua o algún zumo.
  • Escuchar música con auriculares es una buena distracción para no pensar en mareos y sus consecuencias.
  • Sentarse en el sentido de la marcha y no perpendicular al movimiento del barco.
  • Existen unas pulseras anti-mareo que basándose en  la aplicación de presión en un punto ubicado aproximadamente en la muñeca, previenen el mareo. Hay personas que les van muy bien y no se marean y en otras, el efecto es nulo. No tengo la experiencia de haberlas utilizado pero me parece un remedio muy interesante de utilizar.
  • La raíz de jengibre es digestiva, anti-vomitiva y preventiva de los mareos en los viajes.
 Prevención del mareo 2
  • El remedio más conocido es el preparado fármaco Biodramina que se vende en farmacias. Se toma media hora antes de salir (ver modo de uso y contraindicaciones  en el prospecto antes de tomarla) y suele dar buenos resultados. Un apunte: hay personas que por un insignificante dolor o molestia se toman potentes calmantes en cambio hay una tendencia a rechazar este tipo de anti-mareo farmacológico. La contrapartida es empezar unas vacaciones mareado como una "sopa" y pasando un mal trago. Si es la primera vez que te embarcas vale la pena valorar estos dos extremos de la balanza. 
Espero que estos consejos y sugerencias ayuden a prevenir este desagradable efecto del movimiento.

 ¡Buena singladura!


Vacaciones en velero

El verano es la época del año más idónea para navegar en un velero. La meteorología suele ser benigna y los días son largos. La temperatura del agua de mar es templada y apetece bañarse a cualquier hora.

La opción de alquilar un velero una semana, ya sea de manera individual o en grupo, es un estupendo plan para disfrutar del mar, la navegación y las escalas durante las vacaciones.

Hay numerosas empresas que alquilan veleros equipados con todo lo necesario para partir y realizar un periplo que nos dejará un buen recuerdo para siempre. Es obligatorio contratar un patrón para cumplir la normativa legal. De esta manera no tendremos que preocuparnos por la navegación aunque si lo deseamos, podemos colaborar en las maniobras y aprender cómo manejar las velas, fondear, etc. Siguiendo los consejos del patrón, que además es el responsable de a bordo, descubriremos aquellos rincones de la costa que de otra manera pasarían desapercibidos.

La buena convivencia a bordo en un espacio pequeño, como es un barco, es una cuestión sencilla de resolver si se cumplen las premisas básicas que marca la buena educación y con antelación, distribuir las sencillas tareas (preparar el desayuno, limpieza de la vajilla y poco más) equitativamente.

El barco está equipado con cocina y enseres suficientes para preparar la comida a bordo aunque son muy valorados los restaurante y chiringuitos playeros para este cometido. De esta manera no hay que pasar calor frente a los fogones.

Hay que tener presente antes de embarcar que el equipaje ha de ir en bolsas de tela ya que se adaptan mejor al espacio y a las formar redondeadas del casco. Totalmente proscritas las maletas a bordo. El petate o bolsa deportiva debe contener un par de libros o un ebook, un mp3 con nuestra música favorita, cámara de fotos, bañador, ropa ligera: pantalones cortos, camisetas, pareo, etc; toalla de playa, protector solar adecuado, gorra, gafas de sol y poco más para pasar unas buenas vacaciones embarcados.

Si deseas más información o no sabes  por donde empezar a planificar tus vacaciones en velero, envíame un e.mail a ems.idea@gmail.com  Puedo asesorarte en tu elección y buscar el embarque que mejor se adapte a tus necesidades.


Naufragio del Costa Concordia

Vista aérea del Costa Concordia    Foto: La Vanguardia - BBC





El accidente del Costa Concordia está dando mucho que hablar en los medios. El número de víctimas se eleva ya a 11 y hay 22 desaparecidos. Los equipos de rescate italianos no han dejado de trabajar para intentar salvar el mayor número de personas y es loable su entrega y dedicación. Son profesionales del mar pero además son personas que destilan compañerismo, amor al prójimo, entrega, solidaridad, algo que el capitán de la nave ha demostrado sobradamente que desconoce. 

Entre la profesión se ha generado una ola de vergüenza ajena y también desprecio. Para  ser capitán de un buque de ese porte hay que realizar una carrera larga y difícil que exige mucha dedicación, sacrificios familiares, entrega. No hay capitanes jóvenes porque es necesario tener muchas millas navegadas para poder ejercer como responsable absoluto a bordo. 

El instinto de supervivencia nos puede llevar a reacciones extremas en determinados momentos pero este comportamiento no cabe cuando uno tiene bajo su mando un buque de 290 metros de eslora y que lleva embarcadas a 4.229 personas entre pasajeros y tripulación. 
 
Señor  Schettino: usted  ha perdido el rumbo irremediablemente.


Costura a bordo






A ratos estoy cosiendo unas nuevas colchonetas para mi barco. Es un trabajo que me gusta pero requiere dedicación. Además la máquina de coser es amiga del Sr Murphy y nada más ver que estoy enfilando su aguja, empezar tramar y a poner en práctica verdaderas calamidades con el hilo. Vamos que es una reina de los nudos y no marineros precisamente.

La tela que voy a poner es de madrás y desde hace ya tiempo ocupa un espacio y un tiempo en mi discurrir por la vida. La compré para otro velero y por diferentes tumbos que ha ido dando el destino hasta ahora no he podido cortarla, coserla y adaptarla. Hay cosas que aunque se quieran hacer, son misiones imposibles y esta es una de ellas.

La espuma del asiento es nueva pero la de los respaldos es reciclada ya que está en buen estado. Voy a cortarla a la medida para darle una nueva vida útil.

El salón, una palabra que parece sacada de las películas del oeste y que realidad se refiere a la parte del barco que en tierra llamaríamos el comedor pero en dimensiones reducidas, o mejor dicho, reducidísimas, quedará muy cómodo y con buen aspecto cuando logre llevar a buen puerto este cometido.

Aprovechando este tirón, voy a hacer también unas lonas anti-escora que sirven para evitar caerse de la colchoneta cuando se duerme en navegación. La lona va atada a varios puntos y forma una especie de bolsa que impide caerse con un bandazo. Es la única manera de dormir cómodo.




100 cosas que te puede enseñar la mar


La mar te enseña a soñar

  1. Sobre todo, a ser humilde. 
  2. A desarrollar el sentido marinero, un sexto sentido peculiar.
  3. A anticiparse a los acontecimientos.
  4. A ser  paciente, mucho más de lo que uno cree.
  5. A madurar.
  6. A convivir, si no navegas en solitario.
  7. A relajarte, disfrutar, relativizar...
  8. A mantener la calma en situaciones difíciles.
  9. A transmitir serenidad a los que navegan contigo.
  10. A desarrollar el espíritu de colaboración.
  11. A tomarse las cosas con humor en determinadas ocasiones.
  12. A organizar.
  13. A resolver problemas inesperados.
  14. A ser un líder, si eres el patrón.
  15. A trabajar en equipo.
  16. A disfrutar profundamente de pequeñas cosas.
  17. A crecer y a superarse.
  18. A ser prudente.
  19. A superar los miedos.
  20. A aprender a admirar lo sencillo.
  21. A valorar lo importante y dejar de lado las cosas intrascendentes que tanto agobian. 
  22. A hablar con claridad, llamando al pan, pan y al vino, vino. 
  23. A no perder la capacidad de asombro. 
  24. A conocer al Sr. Murphy, siempre presente en el barco.
  25. A ser un poquito más libre.
  26. A observar, pensar y actuar.
  27. A ser "manitas"
  28. A hacer pipí sentado (las damas ya estamos preparadas con antelación).
  29. A adaptarse a las circunstancias.
  30. A aprovechar/reciclar.
  31. A saber que no eres tú quién manda.
  32. A temer, respetar, amar, someterse, luchar.
  33. A soñar.
  34. A dejar la mente en blanco.
  35. A respirar.
  36. A conocer profundamente a los amigos con los que compartes una navegación.
  37. A usar varios sentidos y no sólo la vista.
  38. A que a bordo el tiempo tiene otra dimensión y otra medida.
  39. A cuidar de los demás y que los demás cuiden de ti.
  40. Que la disciplina y el orden son conceptos positivos.
  41. Que el miedo se puede controlar. 
  42. Que la intemperie al final te curte.
  43. Que aguantas mas el frío, la lluvia, el sol.
  44. Que trimando las velas al final las manos tienen más fuerza.
  45. Que ganas en equilibrio y en reflejos.  
  46. Que las resacas se pasan peor...
  47. Que detrás de cualquier horizonte siempre hay tierra.
  48. A darte cuenta de que grande es la mar y que pequeños somos nosotros.
  49. A ser más sensibles como seres humanos.
  50. A disfrutar del buen tiempo y del mal tiempo.
  51. A mirar a lo lejos.
  52. A no preocuparte por lo intrascendente.
  53. A hablar, a callar y a escuchar.
  54. A que cada día se aprende algo nuevo en la mar.
  55. A que se se aprende a ser feliz.
  56. A gozar.
  57. A asumir responsabilidades.
  58. A convivir contigo, aunque navegues en solitario.
  59. A relativizar los problemas que tienes en tierra.
  60. A no escupir contra el viento.
  61. A  conocerse más profundamente.
  62. A disfrutar de la paz.
  63. A dejar volar la imaginación.
  64. A ver darse cuenta que somos insignificantes frente a la naturaleza.
  65. Que el mar nos hace iguales a todos.
  66. A rejuvenecer.
  67. A disfrutar de cada momento a tope.
  68. A darse cuenta de las ataduras que nos pone esta sociedad.
  69. A necesitar poco.
  70. A reírme de uno mismo.
  71. A que donde hay patrón, no manda marinero.
  72. A estar en silencio.
  73. A que el viento siempre viene de "morro".
  74. A actuar sosegadamente frente a imprevistos.
  75. A hacer nudos.
  76. A darte cuenta que siempre hay cosas por aprender.
  77. A que la mar siempre te sorprende.
  78. A que cada día te enseña algo nuevo.
  79. A respetar la naturaleza y a integrase en ella.
  80. A hacer amigos.
  81. A ser paciente.
  82. A vivir el presente.
  83. A dejar de lado las prisas.
  84. Que el mar cura y te hace cambiar.
  85. A vivir con mucho menos.
  86. A sobreponerse del miedo.
  87. A llenarse las manos de grasa.
  88. A ver las propias limitaciones.
  89. A confiar en tu barco.
  90. A saber esperar.
  91. A añorar.
  92. A ser más objetivo (al menos un poco).
  93. A vivir en un espacio reducido.
  94. A leer con calma.
  95. A degustar una recalada en un lugar seguro.
  96. A soltar lastres innecesarios.
  97. A estimular la intuición
  98. A oler la tierra firme.
  99. A ayudar a los demás.
  100. A navegar.
Cantos rodados en una playa

     

    La fuerza del viento





    La velocidad o intensidad del viento se mide nudos (millas náuticas/hora) para los marinos y en kilómetros/hora para la gente de tierra. 
    Para poder definir la cantidad de viento que está soplando en cualquier momento se ideó una escala que define cada uno de los incrementos en la intensidad del viento.  Su inventor, Sir Francis Beaufort, era un oficial naval e hidrógrafo dedicado al estudio científico de todos los sistemas acuáticos del planeta. Alrededor del año 1805 decidió plasmar de una manera más objetiva la cantidad de viento que se percibía en un instante determinado ya que hasta la fecha las lecturas eran muy subjetivas.
    La primera escala, dividida en niveles de 0 a 12,  no tenía velocidades del viento y su apreciación se basaba exclusivamente en el estado del mar y las olas y en la capacidad de maniobra para un buque de vela en esas condiciones. 
    A partir del año 1850 se añadieron las velocidad del viento para cada nivel (fuerza) de la escala debido a que se podía ya medir la intensidad con el uso de sencillos anemómetros.
    En el 1906 se añadieron a la escala las condiciones en tierra, momento en que los barcos de vapor empezaron a prosperar frente a los de vela.
    Una curiosidad: la escala se amplió en el 1944 de 13 a 17 para definir el viento en ciclones tropicales. En la actualidad sólo se usa en la zona de Taiwan y en China, una parte del planeta usualmente afectada por tifones.

    Imagino que explicar la cantidad de viento entre marinos antes de aparecer la escala no debía ser un cometido fácil , ejemplo: hacia un viento fuerte pero menos que ayer aunque con golpes de viento como el pasado lunes pero sin la fuerza de anoche que soplaba bastante pero no mucho...




    Cuaderno de bitácora


    El cuaderno de bitácora es un libro donde se van anotando diferentes datos de la navegación que se está realizando: hora del reloj de bitácora (normalmente es la que llevamos a bordo), posición del barco (actualmente sacadas del GPS), distancias navegadas, condiciones meteorológicas (mar, viento, presión, temperatura), datos del velamen o propulsión a motor, avistamientos de buques o de fauna  marina y cualquier otro incidente que se desee dejar constancia. También se suelen añadir un apartado de recordatorio con las averías que hay que arreglar cuando el barco vuelve a puerto o realiza una escala en un fondeadero (por ejemplo: cambiar bombilla fundida de la luz de tope de palo, etc).
    Antiguamente los barcos no solían llevar una zona de gobierno o puente cubierto y el cuaderno se guardaba dentro de la bitácora, que era/es un pedestal normalmente cilíndrico construido en madera o metal donde va situado el compás o aguja náutica (en tierra se llama brújula) de navegación que permite seguir el rumbo. Esta es la razón de su nombre: cuaderno de bitácora.


    Piloto de viento


    Mi fiel piloto Atoms

    Para cruzar un océano, sobre todo si se navega en pareja o con tripulación reducida, es fundamental contar con un sistema de gobierno que nos permita liberarnos de llevar el timón durante la travesía. De esta manera podremos hacer las actividades cotidianas sin la obligación de estar horas y horas poniendo el barco a rumbo, algo que se hace muy cansado en la primera jornada.
    Básicamente hay dos tipos de pilotos automáticos: electrónicos y de viento y yo me inclino por este ultimo ya que creo que todo son ventajas. La primera y mas importante es que no consume energía de ningún tipo y eso evita que tengamos que recargar las baterías continuamente. En segundo lugar no hace ruido y esto es de agradecer cuando son muchas las millas a recorrer. Navegué en un velero grande que tenía un piloto electrónico potentísimo pero todo el día teníamos que oír sus gruñidos y especialmente a la hora de dormir se hacia insoportable.
    En caso de avería, algunos de sus componentes se pueden arreglar con los medios de a bordo, una gran ventaja frente a los electrónicos que debido a su complejidad, es prácticamente inviable.
    Por otro lado, la fiabilidad en mal tiempo. Usualmente el viento sube y entonces es cuando el piloto muestra su mayor efectividad ya que la respuesta al timón es mas rápida debido a que la pala superior o aéreo ejerce mas fuerza y con mayor rapidez.

    Nunca hay que instalar un piloto de viento y salir a navegar para hacer una larga travesía sin haber verificado su correcto funcionamiento ya que si estamos en la mar, no será posible  hacer los cambios necesarios en la instalación para que de el rendimiento adecuado. Además se requiere aprender a trimarlo previamente.
    En el viaje que realizamos alrededor del mundo mi pareja y yo, el 90 % del tiempo el piloto de viento llevó el barco, un 9% el electrónico (cuando hacíamos uso del motor por falta de viento) y sólo un 1 %, tuvimos que timonear a mano.

    Si necesitas que alguien instale tu piloto de viento y te enseñe a aprender a trimarlo, envíame un e.mail.

    Nubes de buen tiempo





    Colisión y embarrancamiento


    Foto: Emma Mora

    En dos días seguidos han ocurrido dos graves accidentes de tráfico marítimo: un embarrancamiento de un crucero por golpear contra un escollo en aguas del Mediterráneo y una colisión entre dos buques en el estrecho de Gibraltar donde un cargo ha embestido a un catamarán de linea que cruza el estrecho a diario.
    Parece difícil que el azar haga coincidir dos incidentes de estas características pero ha sucedido.
    En los medios aun no se habla de las posibles causas que han originado estas desgracias.

    Usualmente se tiende a sobrevalorar la utilidad de la enorme cantidad de aparatos electrónicos y ayudas a la navegación de estos buques versus la capacidad humana de ver y percibir las cosas (los accidentes de la costa u otros barcos, excepto en el caso de niebla cerrada, donde evidentemente, el radar es una gran ayuda.
    Los fallos mecánicos, ya sea del sistema de propulsión o de gobierno, también pueden conducir a incidentes de este tipo. Un mercante necesita mucho espacio para poder "frenar" o reducir su marcha y es vital la respuesta de motores y timones.

    El Mediterráneo es un mar casi cerrado y el lapso de renovación de sus aguas es de unos 50 años. Un grave desastre ecológico puede suceder en el caso de embarrancamiento o colisión de buques que transportan mercancías polucionantes. Para evitar este riesgo, la mejor prevención pasa por el uso de otro tipo de sustancias menos contaminantes para el medio y generadas localmente. Además desaparecería así otra consecuencia del transporte, la emisión de gases contaminantes a la atmósfera resultado de la combustión de combustibles fósiles que son los que propulsan estos buques.

    Un recuerdo para las cinco victimas del crucero embarrancado. (Actualizado el 16/01/12)